He soñado que estabas aquí, sabes? He imaginado que me abrazabas sin miedo y que me decías que me querías sin pensar en que alguien te estuviese escuchando aparte de mi. Que te daba igual si nos viesen juntos o si nos dejaban de ver. Escúchame. No tengas miedo. No tengas miedo de volver a enamorarte. ¿No te das cuenta? Acaso no te estás dando cuenta de que tu eres la razón por la que vuelvo? A veces me encantaría escaparme para no volver a encontrarme con nadie. Pero vuelvo, exacto, por ti. Porque aveces pienso, es más, sé que no hay nadie más como tu. Y que si me voy no encontraré a nadie que me haga sentir como me haces sentir tu. Y por eso vuelvo. Vuelvo porque sé que si me voy puedo hacerte daño. Y vuelvo, porque una vez te hice una promesa que e de cumplir. Porque, te juro, que quiero repetirte todos los días de mi vida que te quiero para así tengas una razón mínima por la cual sonreír. Y quiero que sea esto así. Me da igual la rutina, me da igual todo. Lo que quiero es levantarme y verte al otro lado de la cama, que nos despierte el despertador y tengamos una discusión por quien se levanta antes que el otro para ducharse. Y quiero vivir así. Vivir durmiéndome y levantándome al lado de la mejor persona que he conocido en mi vida. Quiero dejar de imaginar y empezar a vivir por y para ti. Déjame. Déjame intentar hacerte feliz, darte todo lo que tengo. Deja que me deje de doler esta angustia por no tenerte y por querer saber algo de ti cada dos minutos. Compartamos todo lo que tengamos, yo te doy lo mio, no hace falta que me des tu lo tuyo. Solo te quiero a ti. Solo quiero eso. Notas en el espejo después de alguna que otra ducha. Y un desayuno perfecto en la cama el 14 de febrero bajo una gran colcha blanca, junto a una preciosa rosa. Que eso es lo que más deseo en la vida, poder abrazarte después de tener una pesadilla en mitad de la noche. Quiero tener excusas para llamarte, aunque sea solo para que compres pasta de dientes porque se ha acabado. Quiero darte todo de mi. Quiero sentarme enfrente de ti, en una mesa redonda, con una tostada y un zumo de naranja, y mirarte hasta quedarme ciega o tenga una buena excusa para dejar de hacerlo, aunque esa excusa no exista.
- Eres ese gesto lleno de valor.
- Eres como la primera parte de mi vida.
- Eres como la perfecta melodía que te llega al corazón.
- Y es que eres la mejor sensación
- Y es que siento que eres superior.
- Eres esa mano suave que me cuida.
- Eres una realidad en mi interior.
- Eres todo lo que alguien imagina, tener cerca, alrededor.

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