Lo he pensado mucho y le he dado tres mis vueltas al tema y por fin he decidido que la vida no se basa en ti, o mejor dicho, que MI vida no se basa en ti. Es la puta última vez que me escucharás diciéndote te quiero, y créeme, tendrás que esperar a escucharlo de nuevo en este texto.
No voy ni ha olvidar, ni perdonar, ni ha reír, ni llorar. Porque creo que lo importante es lo vivido y lo aprendido y que es mejor pensar en lo que queda por fallar y tropezar, y volver a levantarme. No me ha echo falta perder las cosas para darme cuenta de que las necesitaba y tampoco me ha echo falta nunca llorarte, aunque admito que eso si que lo he echo.
Repito que no pido que te sientas culpable, y que he dicho millones de veces de que está olvidado, aunque a veces lo recuerde con ira para echarme la culpa de que ya no estás. Pero, por tercera vez consecutiva y esta vez de verdad: estás perdonado. Ni tú ni yo teníamos la culpa así que, ¿para que seguir lamentándose?
No me propondré el reto de olvidarte y así no tendré motivos para recordarte, ¿te parece bien? Porque así te olvidaré cuando te tenga que olvidar, sin tener que estar pensando en cuantos días hace que no pienso en ti, cuando en realidad no he dejado de hacerlo.
Así que sí, aquí tienes tu te quiero, tu maldito te quiero, porque sí, porque te quiero como ha nadie por su puesto. Pero recuerda: será la última vez que te lo diga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario