'El que no lucha por lo que quiere no se merece lo que desea'

Ahora estoy mirando al cielo. Si... hacía tiempo que no lo hacía de esta manera. No busco ninguna respuesta, ni tampoco un atajo para que mi vida sea más tranquila y quizás más mía. Para nada. Miro al cielo sin ninguna razón. Sin pedir nada. Sin buscar nada. No me hace falta. Y me siento bien, me siento libre. Veo que está tranquilo, en calma, pacífico y a mí me gustaría estar así en este instante. Sin este nervio terrible en mis manos, ni la angustia de un corazón apagado. Una canción que me lo diga todo y que haga que escriba, pero en donde mi cabeza acepte lo que mi corazón haga. Miro tranquila porque se que allí arriba todo es más fácil. No hay atascos, no hay oscuridad, no hay nada más allá de las estrellas ni de las nubes. Y las nubes... Las nubes se ven tranquilas y sin prisas. No buscan atajos, no buscan llegar hacia ningún lado. No esperan, ni corren. Sin rumbo. Eso es lo que yo quiero. No tener prisa por llegar, vivir alejado del mundo, de los atascos, de los gritos, de los niños que lloran, de padres peleándose, de mejores amigos que se van de tu vida, de las relaciones, de las lágrimas, de un señor mayor apunto de morir, de programas en la tele que ridiculizan a los demás, de mujeres que se entregan hacia lo desconocido, de hombres luchando por un sueño y otros rindiéndose a la primera de cambio. Quiero una ventana abierta por donde entre el aire fresco y me calme, para que yo tampoco tenga prisa. Quiero felicidad, no momentos bonitos. Quiero calor entre dos corazones, chispas entre dos miradas. Y que cuando mire el reloj, me de cuenta de que no he perdido el tiempo.