Resultarme fácil quererte no sé hasta que punto llegará, pero sé que de seguro lo haré. Que ya me bastó hace tiempo saber que existías por ya morirme de ganas de pasar un día a tu lado.
Te parecerá increíble pero incluso antes de verte por primera vez ya te quería, así que imagínate cuando te conocí.. Y ahora, que cada uno hace su vida también se que te quiero, porque mis promesas jamás son en vano, nunca, y a ti te prometí que te querrá hasta quedarme sin habla, hasta que quemara, y quema. Arde. Pasa el tiempo y de lo único que tengo ganas todavía es de verte arañando el colchón, de querer gastarlo conmigo. Quiero saber que estarás al cien por cien, el ciento diez por cien, a doscientos por hora sin mirar atrás y sin saber a donde vas. Y encantado, encantado porque voy de copiloto junto a ti y sin rumbo al mismo tiempo que, mirando por la ventanilla, saber que dejo atrás la vida que nunca quise y que, por fin, la que me espera ahora es la vida que siempre deseé a tu lado.
Pues sí, ya ves, estoy totalmente loca. Pero loca por ti, para que nos vamos a engañar. Y estoy deseando que el rumbo llegue, de que nuestro punto de partida empiece sin demoras, sin argumentos, solo con ganas de comernos. De vernos al amanecer y de entender, que encender el fuego en noches de invierno no hará falta, porque para darte calor en un abrazo ya lo consigo yo.
Y es estúpido, o no, no sé, de haber querido autoconvencerme de que sería más feliz sin ti cuando sé que, ni el autoconvencimiento funciona, ni que ser feliz sin ti no existe. Así que por eso he vuelto; aquí me tienes.
Tú madre te regaló la vida, pero te juro que yo te regalo la mía. Realmente (te) quiero.
¿Te atreves?
No te voy a mentir, te quiero. Y te quiero mucho. Pero hace tiempo me prometí a mi misma que no volvería a llorar por un tio. Ni por un tio ni por nada que no mereciera la pena. Quieres saber porqué? Porque siempre me he guiado por lo que querían los demás, no por lo que quería yo. Y me enamoraba, me enamoraba demasíado por gente que, quizás en su momento valió la pena. Es más, te voy a decir que tu has sido quien me ha devuelto la ilusión y la sonrisa que había perdido hace muchísimo tiempo, pero se acabó. No quiero, o mejor dicho, no puedo seguir siendo la de antes ni lo voy a ser jamás porque me hago daño a mi misma. Ha sido bonito conocerte, y más aún tenerte como amigo, que es el mayor regalo que me ha podido dar la vida, aunque quizás suene exagerado. Y es así, seguirás siendo mi amigo, pero de forma diferente, ya que en una milesima de segundo pudiste serlo todo y es más, lo fuiste. Te quiero, te quiero mucho..
¿Alguna vez te has dejado querer? Querer ser quien no sabías que podías llegar a ser. Poder volver ha sentirte como un niño pequeño por eso de estar enamorado. Ver que esta lloviendo y correr debajo de la lluvia.. saltar en un charco sin miedo a mojarte. Correr hacia ninguna parte. Imaginar un lugar que nunca has visto. Escuchar las palabras que no se dicen. Piensalo.. ¿De verdad merece la pena malgastar el tiempo siendo quien no eres?
No hay comentarios:
Publicar un comentario