Durante estos dos años y ocho meses te he querido como jamás quise a nadie nunca. Comprendí, al final, que vivía en un recuerdo constante en el que solo estuve yo. Nunca quise darme cuenta antes porque eras mi estado de felicidad pura. Tan pura, como la fidelidad que te guardé sin ser pedida, ni aceptada y mucho menos, valorada.
De ti me quiero quedar con lo mejor: Tu voz, por ejemplo, o tu poesía que hace que llore y muera por dentro y por fuera. A parte de las risas que me regalaste cuando, sin pedirte nada, sabías que las necesitaba. Y a pesar de que nunca tuve un abrazo tuyo, me gustaría pensar que te quedaste con las ganas de darme uno al igual de las ganas que me quedé yo de recibirlo, aunque quizás y seguro que no del mismo modo.
He intentando odiarte o al menos fingirlo, pero es que no me sale, es que para que mentirnos,que tontería, ha sido un gesto ya muerto. Y te valoro como el mejor recuerdo que tuve y tendré, aunque siempre tendré las ganas de volver a verte, con el sentimiento de haber tenido la culpa de que te estés yendo ahora. Y no sé, no sé como acabar esto porque no quiero hacerlo. Y tengo el sentimiento de que jamás hubiera llegado el momento de esta última carta de la que ojalá hubiera acabado en otro intento muerto.
Respiro y pienso que hubo tiempos mejores, en los que te hice feliz a ratos cortos. Me alegro, me alegro tanto de haber podido compartir contigo las sonrisas que compartimos en aquellos meses, sobre todo aquel de enero, en donde no valoraré ningún otro gesto malo, mientras quede el recuerdo de uno bueno. Y es estúpido y lo sé, porque te quiero de una manera en la que nunca llegaste, ni llegarás tú a quererme a mi. Pero que le voy a hacer, en realidad que más da,porque nadie lo entendería si lo explicara. Pero lo peor de todo es que alargo el momento de la despedida, intentando contarte de nuevo la manera que tenías de hacerme feliz tan peculiar, no cabe duda.
Y se acabó. Jamás pensé que dolería tanto decir esas dos palabras, ' se acabó '. Se acabó el amor, ver tu sonrisa causada por algo que dijera yo... Instintos muertos me quedan, después de haberte querido a ti.
Te quise, te quiero y te querré.
Hasta siempre.
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